05-03-21. PUEDO INFORMA   Nota Estatal de PUEDO.  Carballeda, nuestro Trump, ¿el destino de la ONCE?   Mientras la pandemia se resiste a decrecer y, aunque el panorama parece aclararse con la implantación de las vacunas, no dudamos que la institución pasa por momentos delicados y que también muchas personas vinculadas a la entidad sufren las dificultades de una situación extrema, que no cesa de impedir la reconstrucción de la vida social. Todo ello nos preocupa y ocupa, dentro de nuestras limitadas posibilidades de actuación. Pero lo cierto es que la problemática de la ONCE resulta mucho más difícil de abordar con objetividad y racionalidad al constituir un sistema piramidal y cerrado a toda confluencia democrática, pues se funda en un bloque monolítico y maniqueo, donde solo existen los “buenos” y los “malos” para justificar un relato de consignas y verdades fabricadas para sostener un poder omnímodo y unívoco, que nadie pueda objetar o discutir con mínimas garantías de incidencia colectiva.   1. El fiasco electoral de las sindicales como síntoma. En este contexto, las recientes elecciones sindicales han sido un ejemplo paradigmático de esa virulencia de dominación, que obstruye la pluralidad más elemental y pervierte por completo la representatividad efectiva de la plantilla de la ONCE. El hecho de que Comisiones Obreras no haya alcanzado el 10 por ciento de la representación supone un fracaso colectivo. No solo para la militancia y dirección del sindicato, sino de todo el colectivo laboral de la entidad. Es más, la dirección de la ONCE, si fuera consciente y responsable, en vez de perseguir a quienes optan por otras siglas distintas a las del llamado “sindicato hermano”, debiera estar preocupada por el hecho significativo de que los dos grandes sindicatos del país, y en concreto el sindicato mayoritario en el estado español, CCOO, no tenga en la institución una presencia digna, que acredite esa democracia real, que la representación legal de los trabajadores requiere para la existencia de un clima laboral razonable, especialmente en momentos de crisis. Sin embargo, el trumpismo reinante en la institución implica que el sindicato UTO, con el apellido interesado pero inerte de UGT, se ha convertido en un instrumento imprescindible para mantener a la plantilla bajo control exhaustivo y conseguir que el flanco laboral nunca sea problema, amén de suponer un espacio muy sustancioso de prebendas políticas y familiares o individuales, fundamentales para sostener el clientelismo más acendrado que se pueda imaginar. Más aún, la competición malsana entre los cargos institucionales y dirigentes sindicales consiste en calcular el número de bajas que se causa en el enemigo, en lugar de mostrar su eficacia de gestión o representación. Podemos entender que UGT se sienta muy satisfecha del número de delegados electos que UTO le proporciona para el cómputo electoral general, así como del montante de las cuotas de un sindicato afín a la dirección de la empresa, con una afiliación desbordante para los parámetros al uso en nuestro país. Pero si Pepe Álvarez, líder con el que podemos coincidir ampliamente en su discurso social, fuera de veras consciente del atraco democrático que sus aliados perpetran en la ONCE, creemos que pensaría que algo debiera cambiar en esa relación tan vergonzante para un sindicato democrático y representativo y con una historia tan digna en la defensa de la clase trabajadora desde hace más de 130 años. Pero aunque los tentáculos de la ONCE son tan poderosos no descartamos que se produzca algún día esa reflexión. Mas también la dirección confederal de CCOO con Unai Sordo a la cabeza, debe plantearse con mayor rigor la situación en la ONCE, (sin resignarse al dominio absoluto del otro sindicato), tanto respecto a UGT, para exigirle el cumplimiento en la entidad de los acuerdos interconfederales firmados por ambos sindicatos y una mínima unidad de acción de la que se aplica en el ámbito general, sin que sirva de excusa la socorrida independencia de UTO para aquello que no les interesa practicar en la ONCE; como ante la dirección de la institución, frente a la que deben demandar un juego limpio verificable sobre la libertad sindical y un respeto al pluralismo imprescindible para una actividad sindical normalizada e integradora, como única fuente de una paz social duradera y efectiva. 2. nuevo gobierno en el país, viejas políticas en la ONCE.- Desde enero de 2020 contamos con un nuevo gobierno, esta vez de coalición progresista, basado en un acuerdo programático esperanzador, que lamentablemente se ha visto condicionado por la inmediata aparición de la epidemia, que ha trastocado sus planes y le ha obligado a resistir contra viento y marea la crisis sanitaria y económica, en unas circunstancias políticas de enorme tensión y virulencia, capaces de desgastar a cualquier ejecutivo, pero han sabido mantener el tipo y ahora la aprobación de los Presupuestos y la previsión de llegada de los fondos europeos de reconstrucción ofrecen un horizonte más halagüeño para la legislatura. En esta coyuntura de cambio político, la dirección de la ONCE parece querer negar la realidad y sigue apostando en su estrategia institucional por el bipartidismo superado, pues se siente infinitamente más cómoda e incontrolable con su relación histórica con los dos partidos de gobierno hasta hace un año: PP y PSOE. Pero las circunstancias han cambiado y el pluripartidismo reinante en las Cortes Generales ha conformado mayorías alternativas, que obligan a nuevos enfoques políticos. Ya es curioso reconocer que, mientras en la entidad se ha consolidado un monopartidismo anacrónico, en cambio en la realidad política española se imponga una pluralidad máxima, que exige pactos para todas las decisiones relevantes. Entre tanto, el estado de alarma promulgado en marzo de 2020 ha supuesto una pérdida de ingresos de tres meses completos de ese ejercicio, lo que implica un 25 por ciento de descenso de recaudación, aunque la aplicación del ERTE haya aliviado en buena parte las cargas sociolaborales de la plantilla. La economía potente de la Organización ha permitido brindar una protección al personal, que luego se ha utilizado también como arma electoral en las elecciones sindicales, aunque se trate de un dinero de todos y para todos. Durante la desescalada, el 15 de junio se vuelve a la actividad, aunque el ERTE aún se mantiene para algunos colectivos, pero el retorno se hace duro y se calcula que hay un descenso del 15 por ciento de las ventas. A pesar de que se introduce el nuevo juego “Mi día”, que si bien presenta buen augurio, no surge en el momento más apropiado para su éxito. No obstante, la dirección mantiene su apuesta y sostiene la venta con todos los recursos a su alcance. Pero no sabemos la transcendencia del actual rebaje de ingresos, por más que el gasto en publicidad no se reduce y a veces nos convertimos en el único anunciante de una determinada franja, lo que aún exagera más la imagen de principal agente de juego del país.   En medio de esta crisis social y económica, continúa la política comercial incoherente, al negar la venta a personas ciegas que la solicitan. Esta actuación no resulta aceptable bajo ningún concepto, y no cejaremos hasta que se erradique por completo. Es una resistencia ineludible, si no se quiere que la ONCE pierda su sentido institucional y su finalidad social. Incluso el número de casos existente es absolutamente asumible, por lo que la negativa a corregir esta postura es una flagrante falta de honestidad y de sensibilidad social. Además, hemos detectado una total incertidumbre con la opción coherente del teletrabajo, cuya aplicación se va a consolidar y requiere de la entidad un criterio claro de implantación y una planificación adecuada para articular el trabajo y la atención de forma dinámica y solvente. Asimismo desconocemos las consecuencias de la pandemia en el ámbito de ILUNION, asunto que puede representar un agujero problemático para la apuesta por el empleo de personas con discapacidad. Su devaluación modificaría la actual participación de la ONCE en la emancipación social de los colectivos implicados, algo indeseable para nuestra institución. De igual modo, asistimos a un recorte sustancial de la prestación de servicios sociales a la afiliación, disimulada parcialmente con un uso abusivo del voluntariado. Pues no debe olvidarse que la atención social especializada de la ONCE constituye un servicio esencial, que no puede decaer en ningún momento, como ocurre en otros ámbitos de intervención social. 3. PUEDO, mayoría de edad e instrumento para la reconstrucción institucional.- Nuestra asociación PUEDO ha cumplido 18 años en el pasado mes de enero y, aunque de forma limitada, lo hemos celebrado con la presencia en nuestro acto conmemorativo del día 27 de enero, del Secretario General de Consumo y Juego del Ministerio de Consumo, Rafael Escudero Alday. El número dos del departamento relató la peripecia de un gobierno de coalición progresista ante una España desigual. Su exposición puso de relieve el balance positivo del primer año de mandato y desgranó con mayor detalle las iniciativas de su Ministerio, entre las que la regulación del “consumidor vulnerable” supuso un dato importante para nuestro entorno social. Agradecemos la excelente disposición del representante del ejecutivo en nuestro aniversario, que expresa bien la del ministerio que dirige Alberto Garzón con esta asociación. En tal sentido, compartimos la disponibilidad de IU-Madrid para reunirse con los responsables territoriales de la entidad y para visitar la institución a fin de conocer mejor sus programas sociales. Es importante este nivel de transparencia, sin que ello impida un sano ejercicio de la crítica política, en los aspectos que se entienda necesario. Pero urge retomar la dinámica de la Organización en la etapa post-pandemia, que confiamos esté próxima. En ese contexto, los nuevos acuerdos ONCE/Gobierno, que se negociarán en los próximos meses, toda vez que el vigente actualmente finaliza el día 31 de diciembre de 2021, constituyen un momento fuerte de la actividad institucional. Más que la relevancia jurídica de los mismos, que no es determinante, sí suponen un conjunto de compromisos mutuos, cuyo valor puede ser significativo, si el grado de cumplimiento es adecuado. Pero lógicamente, los nuevos acuerdos requieren una orientación social diferente y es indispensable convenir con un nivel de apertura y sensibilidad social apropiadas. Todos debemos procurar que ese marco de relaciones políticas sirva para mejorar la calidad de vida y los derechos de las personas afiliadas y trabajadoras de la ONCE, así como una solidaridad creciente con las personas con discapacidad en general para que la función social de la ONCE sea un elemento de cohesión real en el país. No obstante, aunque ese proceso se cierre con éxito, a lo que estamos dispuestos a colaborar activamente, es imprescindible que en el interno de la entidad se supere la deriva cainita, y se abra un proceso de reconstrucción institucional, que permita incorporar a todas las corrientes de pensamiento y de opinión. Sabemos que la actual alta dirección, liderada por el Presidente Miguel Carballeda solo aspira a eliminar la incidencia de las personas o grupos críticos para que todo sea uniforme. Pero la realidad es diversa y resulta obvio que para que pueda haber consensos amplios tiene que existir un espacio de libertad, diálogo y cooperación, que será inviable si no se operan los cambios mínimos para explorar un nuevo clima social y político en la entidad. Nosotros no podemos someternos a ese poder sectario y omnímodo que todo lo arrasa. Pero seguimos ofreciendo colaboración crítica y propositiva. No nos conformamos con esa forma de gobernar personalista y sin equilibrios de contraste. La experiencia vivida con el trumpismo en el país más poderoso del mundo occidental nos enseña que, cuando se pierde la democracia, resurgen todos los fantasmas de la historia. Hay gentes que en la ONCE estarían dispuestas a cometer actos ilegales, (lo vemos claramente en los procesos electorales), a modo del asalto al Capitolio, salvando todas las distancias lógicas del caso, para mantener un poder absoluto, que ampare sus intereses personales o de grupo dominante. Por eso, advertimos con premura que hay que crear un espacio interno de relación para aprovechar los más de dos años y medio que quedan de legislatura para convenir una alternativa política, que nos conduzca a otro modo de participación democrática, en base, no a parámetros del pasado, sino a las necesidades del futuro. PUEDO se brinda a contribuir a esa justa causa para todo el colectivo de la ONCE.   Aprovechamos el cierre de esta nota para felicitar cordialmente a todas las mujeres del Grupo social ONCE con motivo del día Internacional de la mujer, el próximo 8 de marzo. Fdo.: La Ejecutiva Estatal de PUEDO Para volver a la página anterior: pulse la tecla alt, más flecha izquierda.