REBELION EN LA ONCE POR EL BASTON DE MANDO

El Mundo – Nueva Economía – 23 de marzo de 2003

Grupos de opositores internos critican el «nepotismo» y el endeudamiento actual de la organización. Por Eufrasio Fernández

La rebelión ha comenzado. A un año para las elecciones internas de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), varios grupos críticos se han alzado contra la actual directiva. A estas críticas se unen las denuncias de presuntas irregularidades en la gestión.

El pasado mes de febrero se presentó la Plataforma Unitaria de Encuentro para la Democratización de la ONCE (PUEDO), encabezada por Miguel Duran, ex presidente de la Organización de Ciegos.

El objetivo de esta organización es presentarse a las próximas elecciones, para democratizar la institución y paliar el deterioro interno, que según ellos, sufre la organización. «Pretendemos luchar contra la falta de democracia interna y las normas autocráticas que favorecen el nepotismo y la elevada deuda de la ONCE», afirma Miguel Duran, presidente de PUEDO.

También en febrero, se constituyó la Unión de Afiliados Independientes (UAI), vinculada al colectivo de vendedores de cupones y con cerca de 250 afiliados. «La ONCE ha perdido el norte, y desde la UAI queremos cambiar el sistema sustentado en el miedo y la corrupción. La actual dirección no ha sabido gestionar los miles de millones que hemos puesto en sus manos», afirma Angel Huerga, presidente de UAI.

Fuentes de la ONCE niegan taxativamente que no haya democracia. «Los anteriores grupos de oposición lo han hecho mal y prueba de ello es que antes había un grupo de oposición en el Consejo y ahora no», afirma un portavoz oficial de la institución.

Junto a las acusaciones de falta de democracia, sobre la organización planean las denuncias de presuntas irregularidades por parte de la actual directiva.

El pasado día 25 de febrero, PUEDO presentó ante la Fiscalía Anticorrupción una denuncia contra el Consejo de la ONCE por apropiación indebida de más de 300.000 euros al año desde 1994.

A esta denuncia se une la interpuesta ante el Fiscal General de Estado por la Unificación de Afiliados Independientes. Esta misma asociación también puso en conocimiento del Defensor del Pueblo los mismos hechos denunciados.

Fuentes de la Once señalaron a NUEVA ECONOMÍA que hasta el momento no han tenido conocimiento de ninguna de las dos denuncias y que «todo responde a una campaña para desgastar a la cúpula de institución».

En su escrito, la plataforma afirma que varios directivos cobraron de forma irregular, durante más de siete años, cantidades al margen de su nómina. Según la denuncia, los denunciados utilizaron «para ello una sociedad interpuesta, perteneciente al grupo de empresas de la propia institución, para la emisión de facturas por servicios de asesoramiento totalmente inexistentes, que la Once pagaba mediante las

oportunas órdenes de pago».

La Organización Nacional de Ciegos niega rotundamente que haya habido desviaciones de fondos a cuentas de los directivos. Según la institución, «los pagos a directivos se efectúan, en ocasiones, desde diferentes entidades del Grupo Once, pero siempre dentro la legalidad vigente».

Por el momento, la Once no piensa emprender ningún tipo de acción legal, al considerar que «las denuncias no serán admitidas a trámite y es más que suficiente para demostrar la falsedad de tan graves acusaciones».

UN BENEFICIO DE 33 MILLONES

Pese a la caída en 2002 de la venta del cupón, especialmente por la entrada de la moneda única, la organización cerró el ejercicio con un beneficio de 33 millones de euros, de los que 10,7 correspondieron a la Corporación Empresarial. Según la ONCE, desde principios de año la venta del cupón ha ido ganando el terreno perdido. A ello ha contribuido una fuerte campaña de publicidad, que sólo en la fase de lanzamiento ha invertido unos 3 millones de euros.

Para este año, la Once espera un crecimiento mínimo de las ventas del 2%, para llegar así a los 40 millones de euros.