Economía - Empresas

La ONCE autoriza un endeudamiento de 750 millones de euros hasta 2004

2 de febrero de 2003 - M. Vázquez del Río

Las aguas andan revueltas en la Organización Nacional de Ciegos; a la auditoría abierta por Trabajo sobre sus cuentas se suma la caída de las ventas MADRID. Tras el escándalo de Gescartera, en la ONCE no han parado de surgir problemas. La entrada del euro ha hecho mella en la venta de cupones, cuyo precio se ha incrementado y provocó que en 2002 cayeran las ventas un 17%. Además el Ministerio de Trabajo, responsable del control de la organización, ha abierto una auditoría sobre sus cuentas.

En la última reunión del consejo general de la ONCE, el pasado enero, se autorizó una deuda de 750 millones de euros a repartir en el trieno comprendido entre 2002 y 2004. Para 2002 se destinarán 260 millones; para este año se han previsto otros 250 millones de euros y para el próximo 240 millones. Y además se autoriza a la Corporación Empresarial (CEOSA), que engloba las empresas de la ONCE en sectores como hoteles o seguridad, a que se endeude al 50% de sus fondos, cuando fue creada para dar cobertura por «si fallaba el cupón», según reconoce una comunicación de «Alternativa Social», una corriente crítica a la actual cúpula de la organización.

En un informe interno al que ha tenido acceso ABC, que se iba a presentar al Gobierno, pero que ha quedado parado ante la aparición de denuncias sobre posibles irregularidades internas, se reconoce que el cupón de la ONCE ha experimentado «una tendencia de caída y pérdida de competitividad y de cuota de mercado».

Incluso se llega a hablar de «hundimiento» en los primeros meses de 2002, pese a las medidas adoptadas. En el documento se recuerda que el 98% de los ingresos de la ONCE proceden de la venta de cupones, y que ésta «en el último año y medio» tiene mayor dificultad. El comienzo de 2003 no ha sido mejor, pese al nuevo cupón. Si en 2002 se vendía una media de 5,5 millones de cupones diarios, en lo que va de año esta cantidad se ha reducido en casi un millón. Y en los sorteos de los viernes, ha sucedido prácticamente lo mismo. De 9,5 millones de cupones se ha pasado a 8,5 millones.

Mientras tanto, los gastos han seguido aumentando. En el informe se recuerda que entre 1996 y 2002 el gasto social ha crecido un 44% mientras que el cupón sólo lo ha hecho en un 6,1%. En ese periodo se han perdido 25 puntos de cuota de mercado, ya que el resto de los juegos de las Loterías y Apuestas del Estado (LAE) han crecido un 45,1%.

Asimismo, se habla en el informe de que en el primer semestre de 2002 la caída de las ventas fue tan importante que «encendió todas las alarmas», al retroceder un 7,5% con respecto al mismo periodo de 2001, hasta comenzar a convertirse «en insostenible si se mantiene en el tiempo».

Propuestas y soluciones

Ante estos datos, el informe propone abrir una «línea de diálogo urgente» con el Gobierno para asegurar la continuidad de la organización. Incluso se menciona la posibilidad de dar a conocer «el problema» financiero al Parlamento, ya que según se explica la solución pasa por «un esfuerzo de realismo y generosidad».

Asimismo consideran que el Gobierno debería eliminar las «limitaciones» sobre la recaudación, para que se eleve su volumen teniendo en cuenta el número de vendedores y el incremento del IPC. Con estas medidas, se asegura, «se garantizará a medio y largo plazo el futuro de la ONCE».

Este informe, que estaba previsto hacer llegar al Gobierno, de momento ha quedado guardado en un cajón, por las noticias y denuncias sobre posibles irregularidades internas e incluso de corrupción. Las medidas adoptadas, como el nuevo cupón con mayores premios y tirada, no están dando los resultados esperados.

Pese a que se está recaudando más, al haberse incrementado el precio de venta, lo cierto es que en el primer mes de funcionamiento se observa que las ventas han caído casi en un millón de cupones. Y eso que la campaña publicitaria, con 9 millones de euros de gastos, ha sido la más cara de toda la historia de la ONCE.

Sobre este último sorteo, un informe interno de la LAE considera que el cambio no ha sido acertado y que la ONCE «no está sabiendo adaptarse» a los cambios del mercado.